El domingo 5 de agosto, los Perdigones nos propusimos ir a la III Marcha cicloturista MTB “Ruta del Arca Real” que se celebraba en Villaseca de la Sagra Toledo.
Fuimos llegando de uno en uno, perfectamente uniformados, por las diferentes calles que confluyen en la Plaza, que era nuestro punto de reunión. Poco antes de las 7:15 llegamos José Juan, Madero, Vito, Jesús, Manolo, Luis y yo.
La noche había sido corta, por apurar mucho tiempo en las terrazas del Parque. Me fui a tomar café al Chato, donde se reúnen los cazadores que van a descastar la plaga de conejos que tenemos por el término.
Cuando entraba al bar, cruce la mirada con uno de los cazadores del lugar, y antes de que me dijera nada le comente “No nos vamos a echar nada en cara. Estamos todos locos. Podíamos estar en la cama hasta las 10”. Y comenzamos una conversación de cual sería nuestro programa para ese día.
Con las bicis perfectamente acopladas en la furgoneta de Madero. Decidimos que los que no estaban inscritos en la carrera se fueran con el coche de José Juan para llegar antes y que no se quedaran sin dorsal. Los que nos habíamos inscrito por Internet nos montamos en la furgoneta. Pero la verdad es que llegamos todos juntos.
Cuando nos íbamos acercando al Villaseca ya se respiraba el ambiente a ciclismo. En los coches que nos adelantaban se dejaban ver las bicicletas desmontadas en la parte trasera.
Llegamos a Villaseca y aparcamos en la plaza conde hay una gran bandera de España (como en Colon) y nos puso optimistas porque la bandera estaba caída, no había viento que es nuestro enemigo.
Nos fuimos a recoger nuestros dorsales. Descargamos las bicis y las pusimos a punto. Luis como siempre se puso a reparar el tradicional pinchazo de última hora. Había muy buen rollo entre todos los participantes pues unos desconocidos ofrecieron una bomba para dar aire a Luis. Entre desmontaje y montaje como iba a faltar el cigarrito de Luis para calmar los nervios.
De fondo se escuchaba a la spiker dando la bienvenida a los participantes y advirtiendo que la prueba iba a ser de mucha dificultad, a lo que nosotros no le dábamos importancia y casi nos reíamos.
La prueba comenzó puntual a las 9:00. Los 257 participantes dimos una vuelta por el pueblo para dejarnos ver. Salimos hacia el campo con la carrera controlada. Los caminos eran de tierra y como había mucha sequedad se levantaba un polvo que no te dejaba ver a 20 metros. Transcurrimos por caminos muy malos, a veces por olivares recién arados. El grupo era muy numeroso y el trazado muy estrecho, se producían fuertes parones que te obligaban a echar el pie a tierra. Después de algo más de una hora llegamos al avituallamiento donde te ofrecían fruta, bebida, bollería, etc… todo lo que quisieras. Nadie se quedo con hambre ni sed. Tras tomar el tentempié dieron la salida al tramo libre.
En la salida siempre hay nervios para coger una buena posición y más los que conocían que a los 500 metros entrábamos en un tramo de sendas, por la falda de unos cerros que se tenía que ir en fila india. Además de la anchura de la senda, la inclinación superior al 25%; provocando caídas, parones y cortes de la carrera.
La distancia que se crea como resultado de estos cortes es difícil de recuperar, en esta zona a los Perdigones nos pillo mal colocados en los puesto del 200 hacia atrás y perdimos mas de 30 minutos con el pie a tierra.
Después de pasar esta zona de subidas y bajadas que en algunas había que hacerlas a pie, por miedo a despeñarte, la ruta siguió hacia la subida al repetidor de TV de Añover de Tajo, pero por la parte mala un camino muy estrecho con alguna piedra suelta donde hubo una primera selección muy importante. En esta subida sufrí una caída porque no pude controlar la bici por meterse la rueda delantera en tierra suelta. Esta subida al repetidor de TV, los Perdigones lo bautizaríamos como la del mítico puerto del Tour de Francia “el Telegraph”. La bajada era una carretera con el asfalto en mal estado, pero una bajada que venia muy bien para las piernas. Cuando creíamos que ya creíamos que volvíamos hacia los llanos que nos llevarían a Villaseca. La carrera giro para coger un camino de continuas subidas y bajadas que la mayoría se podían hacer sobre la bici. En la que mas fuerte me pareció y que la subí con la bici “del ramal” le pregunte a un miembro de la organización que cuantos había subido sin bajarse y me dijo que solamente los 10 primeros.
Por aquí llegamos al Alameda de la Sagra y desde este pueblo por la llanura de la Sagra hacia el cerro del Águila o cerro Asland.
A mitad del camino hacia un avituallamiento donde repartían botellas de agua. Aquí me encontré a Madero parado con algún problemilla.
Por un camino de grava que llevaba directo al cerro del Aguila empezo un aire de cara que castigo mucho las piernas. En este tramo se pudieron remontar posiciones de gente que lo estaba pasando mal. Algunos ciclistas el aire de cara las bloque el cerebro, pues siente que el sobreesfuerzo que están haciendo para mantener una velocidad no se ve recompensado y las piernas se les van.
La carrera llega a los pies del cerro del Aguila y la organización nos indica que hay que meternos por un antiguo vertedero donde todavía se podía ver vidrios, latas, maderas, etc.… Algunos como Luis comentaba al final de la ruta que le dijo a la organización “…que si me estas vacilando, eso es un vertedero…”
La sorpresa final fue que había que subir al dichoso cerro del Aguila por sendas con una inclinación de hasta el 20%. Había personal de la organización en todos los sitios mas complicados de la subida, incluso, uno de ellos te daba un empujoncito para ayudarte en la ascensión.
El último tramo era el más complicado, una senda algo ancha con piedras de cierto tamaño sueltas, y había que circular por tu derecha porque se subía y se bajaba por el mismo sitio, encontradote de frente a los que te precedían.
En la cima la organización te tomaba nota del dorsal para certificar que habías subido para luego la clasificación.
La bajada del cerro era peligrosa, algunos tramos había que hacerlos a pie pues la pendiente era muy fuerte y la tierra estaba muy batida por el paso de los participantes que nos precedían. En uno de estos tramos malos que intente bajar subido en la bici se me clavo la rueda delantera en la arena fina y salimos volando la bici por un lado y yo por otro, suerte que caí de pie y puede retomar la carrera.
El camino que lleva del cerro del Asland a Villaseca es bueno y cuesta abajo aquí todos los participantes “metimos hierro” plato grande y piñón pequeño, para intentar alcanzar a los que nos precedían. Las velocidades eran de 38 k/m, pero era muy difícil remontar pues todos iban a toda maquina para entrar en el pueblo y pasar bajo el arco de meta.
Al llegar a la meta, ya estaban Manolo y José Juan, que habían llegado poco antes José Juan no pudo completar el recorrido, así que fui el 2º Perdigón, inmediantemente después llego Madero, luego Vito y Luis, tampoco Luis pudo completar el recorrido. El tiempo del ganador fue de 1 hora y media y la mía 2 horas 35 minutos, el nivel de esta marcha fue muy alto.
El susto mas grande nos lo llevamos con Jesús, que no llegaba y como conocíamos de sus problemas de azúcar nos empezamos a preocupar. Luego llego la ambulancia con Jesús y nuestros peores presagios no se cumplieron por suerte. Solo tenía un calambre dolorosísimo en su pierna que le consiguieron quitar con unos masajes realizados por parte del personal de la ambulancia.
La sensación que tuvimos los Perdigones era de engaño por que no estábamos preparados para esta dura prueba, aunque nos ilusionamos pensando que la del 2013 quedaremos mejor clasificados.
Después de tomar unas cervezas suministradas gratuitamente por la organización, regresamos a Villatobas para descansar y contar nuestra aventura a familia y amigos.
Vaya tela la ruta de Villaseca, salimos 245 y la termínanos 159. De los 7 Perdigones solo la terminamos 4. El año que viene estaremos en mejor nivel.
En este enlace podéis ver la clasificación:
La grafica de la ruta:
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Descargando la bicis |
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Perfectamente protegidas |
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Bajando las maquinas de una en una |
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Sin viento, pero con pinchazo |
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Desmontando la cubierta |
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El cigarrito que no falte |
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Momento de la inscripción |
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Ya tiene José Juan dorsal |
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El 70 soy yo |
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Perdigones antes de salir |
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Esperando a la salida controlada |
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Tensa espera |
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Últimos estiramientos |
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Una clásica en el pelotón |
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Este es mi pimo |
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¿Qué hacía este? |
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Pues esta foto |
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Y yo se la devolví |
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La organización obligó a Luis a llevar casco |
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Últimos participantes |
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Perdigones agrupados en el pelotón |
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Ese es el famoso cerro del Águila |
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El pelotón muy estirado |
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Mucha gente y mucho polvo |
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Visibilidad reducida |
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Tragando polvo |
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Y mas polvo |
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Parada para avituallar |
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Desde el camión se reparten los víveres |
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Comida y bebida "a tos torrozo" |
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El plátano aporta mucho Potasio |
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La gente coge posiciones para el tramo libre |
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Nosotros a lo nuestro, a disfrutar del día |
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Sin prisas para la salida |
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A este le tengo que adelantar |
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Ya le adelanté |
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Algunos subidos y otros "del ramal" |
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Subida al "Telegrah" |
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Complicada bajada con arena batida |
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Esta opción es menos arriesgada |
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Al chulo del Garmin le adelante en la siguiente subida |
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En esta zona no hay que arriesgar |
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Vito no arriesges |
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Coronando a pie el cerro del Águila |
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Estamos a mucha altura |
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Sin duda la mejor foto |
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Madero remontando posiciones |
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El Astana ganó a José Juan al sprint |
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Cansado y un poco decepcionado |
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Jesús y su dolor de gemelos |
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Vito le soluciona el problema con el gemelos |
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Cariño, estoy vivo |
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1º en conseguir una cervecita |
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Jodidos pero contentos |
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Despues de hidratarnos con cerveza |
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GRANDES |
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El aire del medio dia movia la bandera |
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